miércoles, 10 de marzo de 2010

Formalidad

El lunes en la tarde estaba dubitativo de escribir esta entrada, por varias razones. Primero, a veces tiendo a no divulgar problemas personales, luego tal vez el asunto no ameritaba escribir sobre ello y finalmente no quiero parecer un moralino ni pretender dar lección alguna, o parecer perfecto, porque tengo muchos defectos. Sin embargo, ayer me pasó exactamente lo mismo y eso me motivó a realizar esta entrada.  Quizás algunas personas encuentren esto como una exageración. Tengo este blog para expresar ideas, contar cosas que me pasan, compartir cosas interesantes o graciosas, así que lo haré. 

Primera situación
La semana pasada una conocida me pidió que nos viéramos este lunes a las 2 pm. para comer pero sobre todo para que le compartiera unas fotografías de algo que vivimos hace 13 años. Ofreció que el lugar de encuentro fuera en mi trabajo. La hora se sobrepasó y le mandé un mensaje por el messenger (ella está todo el tiempo conectada por su celular), nada de respuesta. A las 2:15 le llamé para preguntarle si efectivamente nos veríamos. No hubo respuesta tampoco. Le dejé un mensaje en el buzón que quedó sin responder. A las 2:20 decidí irme a comer solo. Quiero suponer que no le sucedió ninguna tragedia porque la sigo viendo conectada...

Segunda situación

El lunes en la noche vi a un amigo. Acordamos vernos ayer martes para desayunar en su casa. Me sugirió que llegara a las 9 y le dije que no podía, y le dije que llegaría a las 9:30, antes de irme al trabajo.  Llegué a las 9:35 y no estaba. Le llamé para preguntarle y me dijo que "se le fue el pedo" y estaba en otro lugar. 

¿Es tan difícil llamar, escribir un mensaje de texto o un correo electrónico y decir "No podré"? Cuando uno hace una cita, incurre en costos de oportunidad, i.e. dejar de hacer otra cosa: descansar, dormir, escuchar música, trabajar, incluso ver a otra persona, lo que sea. También se necesita planear el día. No quiero sugerir con esto la logística de una gran empresa  ni que mi tiempo es extremadamente valioso, ni mucho menos, sino simplemente decir que es mi tiempo. Tampoco quiero decir que el mundo se acaba por una cancelación, pero el punto es: ¿por qué no avisar a tiempo? Por ejemplo, también la semana pasada quedé con otra amiga de vernos hoy para hacer algo juntos. Ayer me envió un mensaje para decirme que no podría. ¿Cuál es el problema? Ninguno!!  La flexibilidad es algo imprescindible y una característica fundamental.  Pero se trata de sentido común y en el fondo de respeto al otro. Ya en alguna otra entrada escribí que si todos estuviéramos concientes de los costos que les imponemos a las personas, o de las externalidades negativas y tratáramos de minimizarlas, tendríamos una mejor sociedad. Por lo pronto, y más tangiblemente, mejores relaciones humanas. 






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