lunes, 12 de diciembre de 2011

Intercambio de regalos

Escribo esta entrada con el mismo entusiasmo con el cual a veces participo en el fenómeno que comentaré a continuación, pero sentí la necesidad de hacerlo.  En esta temporada navideña es muy común la práctica del intercambio de regalos en la escuela, el trabajo o en la familia, pero analicémoslo al menos superficialmente. Comencemos por definir cuál es el objetivo.  a) ¿Convivir?, b) ¿Establecer lazos entrañables que duren por siempre? 

a) Creo que para convivir no es necesario intercambiar regalos. Propongo la organización de juegos de fútbol, ajedrez, muñecas, pictionary, cartas, concurso de chistes, improvisaciones teatrales, lectura de libros, discusión de artículos o simplemente comer juntos, como lo sugiere mi buen amigo Tex. Creo que en estas actividades se establecen vínculos más amenos. 

b) Los lazos entrañables, al menos en mi experiencia personal, se establecen con personas con las que comparto formas de ver el mundo, de divertirme, la vibra, valores personales, viajes, o juegos. Creo que el tejido social es algo que siempre, pero particularmente en este momento histórico que vivimos, se debe estimular y propongo lo expuesto en el inciso a), y agregaría actividades artísticas de cualquier índole. 

Después de discutir muy someramente los objetivos que se me ocurren en este instante (¿alguien quiere aportar algunos más? bienvenid@s!), me gustaría comentar el aspecto económico. No voy a explicar a detalle la teoría del consumidor, puesto que no es tema de este blog y tampoco me encuentro en capacidad de hacerlo y también advierto que se simplificará el análisis ad hoc. Cuando uno tiene un presupuesto "m", se enfrenta a la situación en la que uno debe decidir qué combinación de bienes -o canasta de éstos- debe consumir para maximizar su utilidad. Vamos a suponer que tenemos dos bienes: x1 y x2, que significan "la cantidad del bien 1" y "la cantidad del bien 2". Los precios son, respectivamente, p1 y p2. Entonces, como tenemos presupuesto "m", en ausencia de crédito, nos enfrentamos a la siguiente restricción: 

x1p1 + x2p2 <= m

Esto significa simplemente que entre las cantidades consumidas de los dos bienes, o las dos canastas, podemos consumir cuando mucho el presupuesto "m" que tenemos. 

Evidentemente, los individuos tienden a comprar tal cantidad de los bienes x1 y x2 que maximice su "utilidad", de acuerdo con el nivel de ingreso, la cantidad previa de estos bienes que se posea o los gustos y preferencias personales -y en este punto se puede ahondar mucho en términos psicológicos y sociales-. 

Ahora, ¿qué sucede cuando participamos en intercambio de regalos?  En primer lugar, se entiende que la preferencia por ahorrar desaparece por un instante. Seguimos teniendo un presupuesto "m" para gastar en algún objeto que será para alguien más y a cambio, obtendremos un bien escogido por otra persona. Es plausible el supuesto de que "nadie nos conoce mejor que nosotros mismos", de modo que la probabilidad de que no sea totalmente de nuestro agrado excede por mucho la probabilidad de que nos encante. Puesto de otra forma, la esperanza de jugar al intercambio de regalos es perder, y no sólamente para el que escribe en primera persona, sino para todos los participantes del juego, es decir que se trata de un juego de perder-perder. ¿Quién gana? Los comerciantes... 

Sé que esta postura será vista por una buena parte de quien la lea como totalmente "grinch", pero simplemente es un esfuerzo de analizar el fenómeno del intercambio de regalos en su dimensión: la económica. Consecuentemente, para esta época navideña de fiestas y "mucho amor", sugiero convivencias naturales, auténticas, fundadas en los valores humanos de la amistad, la lealtad y la diversión pura.  

martes, 31 de mayo de 2011

Personalidad (??) III

Siguiendo con la misma tónica de contar la experiencia de un contacto cercano con alguna personalidad, esta es la tercera entrada con el mismo título, sin embargo los que saben leer las partidas de ajedrez (en realidad es muy gráfico, no?)  comprenderán el significado de los signos entre paréntesis. Hoy tuve la oportunidad de asistir a un evento con motivo del Día Mundial sin Tabaco. A él asistieron diversas personalidades, como Philippe Lamy, responsable de la OPS-OMS para México, el Secretario de Salud y el Presidente de México. El discurso de los oradores, ya muy conocido para mí que laboro en el medio del control del tabaco, pero con algunos mensajes que es bueno reiterar: el tabaco es el único producto que mata al consumidor si se siguen las instrucciones del fabricante... Además, diariamente mueren alrededor de 165 mexicanos a causa del consumo del tabaco. Esto constituye la mayor causa de muerte PREVENIBLE en el mundo.



Se habló sobre la importancia de las políticas de control del tabaco: aumentar los impuestos (se ha visto en una gran cantidad de países que es posiblemente la medida más efectiva para reducir el consumo, y además tiene el efecto benéfico de que desincentiva el consumo en adolescentes), los ambientes libres de humo de tabaco (protegiendo la salud de los no fumadores SIN discriminar a los fumadores, porque en este punto en particular las tabacaleras han hecho un magnífico trabajo desinformando a la población haciéndole creer que prohibir fumar en un bar o restaurante es un acto de discriminación, cuando en realidad lo que se REGULA es la conducta, no a la persona. Es exactamente lo mismo que cuando alguien necesita orinar. Nadie estaría de acuerdo en que un comensal orinara en la mesa propia cuando se está en un restaurante, ¿o sí? Sin embargo se regula que orine en el lugar adecuado, es decir el baño. De la misma forma, el fumador debe fumar en un lugar donde no afecte, o afecte lo menos posible a los no fumadores, o sea un lugar abierto, sin techos....  

También se tocó la estrategia del gobierno federal para controlar el consumo de tabaco, materia en la cual  en mi opinión no ha tenido la energía necesaria.

Al final de la sesión el presidente bajó del escenario y nos saludó a todos los que estábamos en primera fila, seguido de su esposa. Siempre es interesante tener contacto cercano con estos personajes, pero agradezco que no me haya deseado buena suerte (recuerden aquel crucero, el Morelia, la selección mexicana, el chicharito, el Checo Pérez.... y desgraciadamente, México!).

jueves, 19 de mayo de 2011

Tecnología

Seguramente ya hemos comentado en nuestros círculos de amigos algo como lo que escribiré a continuación muchas veces, pero creo que vale la pena reflexionar un momento. El concepto de tecnología es muy amplio, y esta ocasión me referiré exclusivamente a las computadoras personales y a los teléfonos celulares. Todavía hace no mucho, cuando yo iba en el CCH, el acceso a internet era un privilegio de unos cuantos, sin mencionar que la velocidad era pésima (aun en términos relativos). En esas mismas épocas, es decir finales de los noventa, los celulares eran enormes, estorbosos, con poca duración de batería y además muy caros así que pocas personas podían tener  uno. Correo electrónico.... ¿qué es eso?  Hoy platicaba con una querida amiga sobre cómo sería el mundo en una institución como esa donde trabajo sin correo electrónico. Es inimaginable para alguien de mi generación. ¿Todo el tiempo se hacían y recibían llamadas? ¿O tenían que enviarse miles de oficios que tenían eran sellados por una persona que se dedicaba exclusivamente a esa simple tarea? ¿Simplemente producían menos? Por otro lado, retrocedamos unos cuantos años más, digamos a los 80. La vida de un economista es inconcebible hoy sin la capacidad de cómputo para estimar los más simples y modestos modelos. Seguramente las técnicas se restringían a simples regresiones lineales llevadas a cabo en calculadoras científicas. Imaginen la verificación de supuestos: días, tal vez semanas... Puede ser que esté exagerando pero no me extrañaría si alguien me dice que se hacían pronósticos rayando una línea sobre una serie "a mano alzada". Hoy estamos al tanto de lo que nuestros amigos, personas admiradas e informantes están haciendo o pensando cada minuto en facebook o twitter. En cierto sentido estamos más cerca. Antes saber de un familiar que vive en otro país exigía una carta que tardaba semanas en llegar y ver las fotos de cómo las primas crecían se convertía en un tesoro de la historia familiar. Ahora, la utilidad marginal de las fotos, las actualizaciones e información de nuestras personas queridas ha disminuido tanto que casi no nos causa ninguna emoción ver las fiestas y pequeñas aventuras que se viven cotidianamente. ¿Somos mejores con este tipo de tecnología? En muchos aspectos no existe duda alguna. Las distancias se han reducido a cero, la capacidad de análisis y pronóstico de información se ha incrementado increíblemente, pero también hemos perdido libertad. Todo el tiempo estamos disponibles a través de nuestro celular. ¿Podríamos vivir adecuadamente en esta sociedad sin celular UNA semana o nos convertiríamos en una suerte de anacoretas urbanos? La necesidad de revisar continuamente el correo se ha convertido en un collar de obediencia. ¿Hay marcha atrás?

Por último les sugiero un pequeño divertimento a propósito de estas tecnologías. Si tienen cuenta en facebook, vean las sugerencias de amigos. Encontrarán una lista enorme de personas. Muchas serán conocidas y otras tantas, la gran mayoría, tendrán caras nunca vistas. Lo interesante es ver cómo esas personas tienen algunos amigos en común con ustedes, pero muchos comparten amigos que ustedes no sabían que eran amigos entre sí. Estoy seguro que encontrarán al menos 5 casos.

jueves, 10 de marzo de 2011

Facultad de Economía

Te invito a que leas esta nota periodística. Soy egresado de la Facultad de Economía de la UNAM. Quisiera expresar que no todos en la facultad somos tan intolerantes como para ni siquiera permitir que alguien, sea quien sea, independientemente del pasado que puede o no tener (no estoy haciendo juicio alguno sobre el pasado de F. Labastida). Creo que estas personas atentan contra el espíritu de la universidad, que debe incluir a TODOS los puntos de vista. Son tan intolerantes como la derecha más recalcitrante o la Iglesia más retrógrada. ¿Por qué sucede esto? Pueden estar en total desacuerdo con las ideas de Labastida, y mediante un debate de altura argumentar y documentar su postura. Pero, ¿qué logran con simplemente no dejar hablar a una persona? Nada positivo. Manchar el nombre de la UNAM, de la pluralidad, del debate de ideas... Qué lamentable. 

viernes, 4 de marzo de 2011

Pistola

He ido a Cuernavaca esta semana. El martes estaba comiendo en un café en Avenida Universidad. De repente, del otro lado de la calle, en una taquería, el sujeto que pueden ver de camisa verde claro en la siguiente imagen saca una pistola de tamaño respetable, la eleva a la altura de su cabeza con cierta lentitud y se la guarda entre pantalón y cinturón. ¿Por qué? No vi ninguna patrulla de judiciales ni de policía... Esta persona no estaba uniformada...  ¿Qué se les ocurre? ¿Será una exageración espantarse por eso? ¿Será que no debemos permitir que cualquier persona ande por la calle mostrando las armas nada más porque sí? ¿Será que estaba amedrentando a alguien por ahí? 



miércoles, 9 de febrero de 2011

Juventud, divino tesoro (pequeña ficción de un hombre anciano)

Esa frase tan común de "juventud, divino tesoro" hoy me golpeó despiadada y contundentemente, casi con tanta fuerza como las punzadas insoportables en los dedos mientras escribo este pequeño texto. Ojalá los efectos se desvanezcan como lo hacen las letras en el monitor frente a mis ojos que luchan por enfocar correctamente. Fui a Ciudad Universitaria a observar una presentación de jóvenes radiantes. Monólogos, ballet, flamenco, música pop, capoeira...

Particularmente me referiré a un bailable donde había  4 chicas, un chico y una dama. La música jovial derrochaba alegría sobre el escenario y entre el público, que aplaudía y movía las piernas rítmicamente.  Los 5 primeros se movían de un lado a otro con frescura, armonía y sincronización mientras que la dama, a pesar de mostrar gran entusiasmo y voluntad, no lograba acoplarse al resto del grupo y sus movimientos carecían de la estética necesaria. Parecía que hubiera perdido el brillo de mejores épocas (muy anteriores). Me identifiqué con ella. Soy un anciano querido y respetado por mi familia, creo que aporto valor a quienes me aprecian -afortunadamente son muchas personas- pero ya no es lo mismo. Me arrepiento de no haber salido al campo tantas veces como para llegar al hartazgo, de no haber explotado lo suficiente la potencia de mis piernas, que se sentían como pistones poderosos e incansables. Me arrepiento de no jugar tantos partidos de fútbol como para acabar esos zapatos. Me arrepiento de no haber aprovechado la brillantez y plasticidad mental que tenía cuando joven para aprender lo más posible. Ahora mismo cada tecla que debo presionar para plasmar este texto implica una pequeña hazaña. Muero de ganas de hacer esas cosas que desprecié tantas veces, dejando que el tiempo cobrara inexorablemente los dones que me tenía prestados... Cómo quisiera regresar en el tiempo, para disfrutar de mis amigos, mi familia, mi madre y padre y vivir cada segundo como si fuera el último, lleno de emociones puerilmente intensas. Ahora, si estos son los últimos momentos lo mismo me da, poco a poco las posibilidades se me cancelan. Cuando era niño y pasaba el fin de semana con mis padres, el amanecer era lo máximo, puesto que pronto habríamos de salir a divertirnos, sudar y jugar. El sol se ocultaba lenta pero seguramente, dejando vivir los últimos y tardíos espacios de felicidad. Ahora, a mi edad, me siento así, viendo cómo el sol enrojece y se oculta poco a poco, sin oportunidad a dialogar ni a pedir una segunda oportunidad.



martes, 4 de enero de 2011

Cinturón de seguridad

No han sido pocas las veces en que involuntariamente he tenido que adoptar una postura "dictatorial", "caciquil", "autoritaria" o "muy mala" (ciertos adjetivos que he recibido) cuando les pido a algunos amigos que van en los asientos traseros de mi coche que usen el cinturón de seguridad. Debería ser un acto reflejo del sentido común, pero creo que muchas veces despreciamos las increíbles fuerzas físicas que actúan sobre nuestros cuerpos cuando un coche está en movimiento. Según el manual de mi vehículo, "aun circulando a una velocidad comprendida entre 30 km/h y 50 km/h, las fuerzas que actúan sobre el cuerpo en caso de un accidente pueden superar con facilidad una tonelada (1000 kg). Las fuerzas que actúan sobe el cuerpo aumentan cuanto mayor sea la velocidad a la que circule". Y además: "La magnitud de la energía cinética depende fundamentalmente de la velocidad y el peso del vehículo y los ocupantes. Cuanto mayor sea la velocidad y el peso del vehículo tanto mayor será la energía que deberá ser absorbida en caso de accidente. No obstante, el factor más importante es la velocidad del vehículo. Por ejemplo, si la velocidad se duplica pasando de 25 km/h a 50 km/h, la energía cinética se cuadriplica". 

Para ilustrar la importancia de usar los cinturones de seguridad en todos los asientos de un vehículo, puedo citar un artículo (que puedes bajar haciendo click aquí), donde se menciona que "En México, las lesiones secundarias a accidentes de tránsito de vehículos de motor (ATVM) representan la principal causa de muerte de personas de 1 a 64 años de edad y han mantenido durante la última década el tercer sitio dentro de las 10 principales causas de muerte. Hasta 77% de ellas sucede en zonas urbanas y la población joven de 15 a 29 años, el género masculino y los peatones son los más afectados. En 2004 se registraron en México 13.6 muertes en accidentes de tránsito por  cada 100 000 habitantes, lo que representa 3% del total de  defunciones registradas ese año. A pesar de que existen  variaciones por región, constituyen la primera causa de  muerte en la población joven en edad productiva".

Si lo anterior no es suficiente para resucitar o darle vida al sentido común, un recurso gráfico normalmente tiene un efecto más contundente. No es necesario hablar inglés para entender el mensaje:




Citaré nuevamente al manual de mi coche al respecto: "También es imprescindible que los ocupantes de los asientos traseros se abrochen el cinturón ya que, en caso de accidente, se verán desplazados de un modo incontrolado por el habitáculo. Si un ocupante del asiento trasero no lleva el cinturón abrochado, NO SÓLO SE PONE EN PELIGRO A SÍ MISMO SINO TAMBIÉN A LOS OCUPANTES DE LOS ASIENTOS DELANTEROS". (Yo puse las letras altas en el mensaje clave)

Finalmente, existe un argumento legal para ello. El reglamento de tránsito del Distrito Federal menciona en la fracción VI del artículo quinto:

"Los conductores deben:
...
VI. Ajustarse el cinturón de seguridad y asegurarse de que los demás pasajeros también se lo ajusten. Cuando se trate de menores de 12 años o personas con discapacidad, deberán ser transportados utilizando los sistemas de retención pertinentes;"

Según tengo entendido, los que somos conductores tenemos una responsabilidad legal sobre la seguridad de todos los ocupantes del auto...

Así que exhorto a que el sentido común actúe después de tener esta información y tanto los pasajeros delanteros como los traseros usemos cinturón de seguridad, lo que nos dará mayores probabilidades de sobrevivir en un accidente de tránsito.