martes, 1 de diciembre de 2009

Egoísmo estúpido

Ayer surgió el tema del egoísmo en una conversación con una amiga. Creo que todos somos egoístas y más aun, debemos serlo por el bien común. En primera instancia esto podría leerse como algo controvertido. Sin embargo, creo que debemos hacer la distinción entre al menos dos tipos de egoísmos. El egoísmo estúpido y el egoísmo inteligente. Comentaba con mi amiga que el egoísmo inteligente sería aquel que busca el bien personal, pero cuidando la sustentabilidad de las relaciones, no obteniéndolo a costa de los demás o "sin dar nada a cambio". Me refiero no necesariamente a cuestiones materiales, sino también a cariño, afecto, amor, respaldo moral, intercambio intelectual, conocimiento, compañía... En todas las relaciones sustentables se crea una suerte de simbiosis que permite la posibilidad de alargar indefinidamente la amistad, el amor, el negocio o cualquier otro tipo de relación. En cambio, un egoísta estúpido es por ejemplo el conductor del camión que me topé en la mañana. En un cruce el camión estaba delante de todos. El semáforo marcó el verde pero el camión no avanzó porque algunas personas le hicieron la parada. De esta manera el camionero impidió que los demás avanzáramos, atacando los nervios en muchas personas. Causó externalidades en las demás personas: gasto innecesario de combustible, contaminación auditiva y coraje en muchas personas, todo con tal de subir algunos pasajeros. Ejemplos de este tipo de egoísmo abundan en nuestro país desgraciadamente. Creo que en la medida en que estemos concientes del egoísmo y de la transferencia de costos que a veces hacemos sin siquiera darnos cuenta a nuestros amigos podremos ser mejores personas. Sentido común a final de cuentas.

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