viernes, 29 de octubre de 2010

Tequisquiapan

Desgraciadamente estoy seguro que más de una persona podría encontrar esta entrada un poco amargosa pero como siempre, simplemente me gusta escribir mis impresiones personales. El fin de semana fui con mi novia a Tequisquiapan, Querétaro. Es un pueblo que está aproximadamente a 145 kilómetros (tal vez menos) de la caseta de cobro en la autopista México-Querétaro. El camino puede ser muy rápido después de salir de esa zona de Naucalpan, Tlalnepantla y Cuautitlán que padece de un tránsito espantoso y enloquecedor, ya que el pavimento está en muy buen estado (curiosamente esto es más notorio en la dirección DF-Tequisquiapan que en la dirección opuesta). Sin embargo, no se confíen, porque esta autopista es de las más peligrosas de México, tal vez por algunas ráfagas de viento y/o además por el tránsito frecuente de vehículos de carga. La ruta es sencilla: se toma la autopista México-Querétaro, y justo al pasar por San Juan del Río hay una desviación a la derecha, que lleva a esta última ciudad para después seguir rumbo a Tequisquiapan (o TX, como se le denomina en los restaurantes y hoteles). Lo primero que se encontrará es un tiempo cálido y agradable, aunque en la noche sí refresca un poco, y un grupo de personas en bicicleta a la entrada del pueblo que llevan folletos y un discurso: "Busca hotel? Yo lo llevo!" No importa si demuestras o no interés, ellos te acosarán un par de cuadras, y si les haces notar que tal vez estés interesado en un hotel, casi seguro te siguen una tercera. Ya en el pueblo, encontrarán calles como estas:




Este fin de semana había una feria de artesanías de distintos lugares del país, y en la noche se presentaron músicos y danzantes del Caribe y unos que aparentemente provenían de algún país de Europa del Este. Algo que caracteriza este lugar es que venden quesos y vinos, y de hecho hay una feria a estos dos productos en otra época del año. Sin embargo, viene la parte amarga e incómoda. El hospedaje y la comida me parecieron muy caros, más que en algunas otras ciudades mucho más reconocidas, incluso del extranjero. Además, creo que de los pueblos mágicos a los que he ido (Taxco, Tepoztlán, Tepotzotlán, Mineral el Chico, Real del Monte...) este es el menos "mágico". He estado en algunos otros pueblos que encuentro más encantadores pero que nadie conoce, como por ejemplo Cocula, en Jalisco. La cuestión es que cuando uno tiene el odioso -pero saludable- sesgo de intentar maximizar la utilidad con una restricción presupuestaria razonable, te das cuenta de que Tequisquiapan no es la mejor opción. Al final de cuentas es cuestión de economía: los hoteleros fijan un precio que decides pagar o no. No te obligan a hacerlo. Así que mi recomendación es que si alguien quiere visitar un pueblo de este tipo, y no ha conocido los otros pueblos mágicos, no tome a Tequisquiapan como su primera elección. La otra lección es que lo más importante es que con la compañía indicada, uno puede hacer que cualquier lugar se vuelva mágico!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario