martes, 15 de diciembre de 2015

Las bicicletas

Cuando era niño, una de las más grandes fuentes de felicidad era una bicicleta roja que me trajeron los reyes magos a mis 6 años. La usaba todas las tardes y era mi cómplice de fantasías:  me imaginaba como un piloto de rally yendo a toda velocidad por el terreno irregular, saltaba sobre montañas de tierra y además me hacía sudar y me daba fuerza. Nada podía ser mejor. Después tuve varias bicicletas  y tener una buena máquina de dos ruedas era una idea que se apoderó de mi mente por mucho tiempo, al grado de que varias de mis primeras quincenas fueran dedicadas a conseguirla, pensando qué piezas comprar para mejorarla y hacerla invulnerable al bosque de Los Dinamos, que está cerca de donde vivía en aquellos tiempos. También recuerdo que mi entusiasmo ecologista por usar la bicicleta en todos lados me costó algunas discusiones con mis padres, pues ellos no creían que las bicicletas tuvieran tantas bondades, sobre todo en una ciudad como el Distrito Federal, tan llena de coches y con un espacio público cada vez más escaso. "Si te atropella un microbús, te mueres", me sentenciaban.

Sigo siendo un entusiasta de las bicicletas, sobre todo después de verlas funcionar en ciudades como Amsterdam o París, en las que señoras de 80 años en bicicleta son cosa común. Sin embargo, trato de ver todas las aristas posibles. Me gusta teorizar y describir el comportamiento de las personas y vivo de ello. Ahora habito una ciudad pequeña con orografía accidentada y mala infraestructura urbana. Cuando vivía en el Distrito Federal me quejaba de los baches, pero allá están en el cielo en comparación con Cuernavaca. El sábado pasado fui a dar una vuelta por la ciudad y mientras pedaleaba, la imagen de una amiga que es más entusiasta de las bicicletas que yo me visitaba, al tiempo de ser fumigado de gases negros expelidos por los camiones que pasaban a menos de 1.5 metros de mi. ¿Por qué la gente no usa la bicicleta? Describiré un pequeño modelo de comportamiento, sin un afán excesivamente científico y sujeto a sus comentarios, evidentemente. A pesar de sus limitaciones, es un intento por describir el hecho de "la persona x prefiere usar otro medio de transporte antes que la bicicleta". 

En este modelo de comportamiento, supondremos que las personas toman decisiones con heurísticas, es decir, reglas de decisión que les permiten decidir de forma eficiente y rápida en el día a día. Supondremos que los individuos deben tomar t decisiones de transporte para moverse del punto a al punto b. Por simplicidad, diremos que "ab" es la distancia tipo Manhattan que separa el punto a del b. También asumiremos que los individuos toman decisiones motivados por las siguientes variables: 

Utilidad total generada de andar el trayecto ab, con distancia igual a d. 


Puede ser positiva, cero o negativa. La utilidad instantánea en un momento determinado entre  a y b puede ser también positiva, cero o negativa. Por ejemplo, si a la persona le gusta andar en bicicleta, la primera parte de un trayecto puede ser placentera, pero después de un rato (¿qué tan largo?) las piernas pueden doler y entonces generar desutilidad. Lo mismo aplica para una persona no muy entusiasta para quien ir en descenso es muy divertido pero que sufre mucho una pendiente pronunciada. La forma de la función de utilidad dependerá de muchas cosas, como por ejemplo la edad de la persona, la condición física, la educación, el entorno social y las modas. Además, el ejercicio que la persona realiza al transportarse reporta beneficios en salud futura. Expresado de otra forma:

 
donde d es la distancia y características del camino, X es un vector de características individuales y s es la ganancia esperada en salud actualizada con un factor de descuento δ, que puede ser exponencial o hiperbólico. Entre mayor sea este factor de descuento, más impaciente será la persona y menos apreciará la ganancia en salud en el futuro. 

Costo total de moverse del trayecto ab, con distancia igual a d. Este costo siempre siempre genera desutilidad, puesto que implica deshacerse de recursos financieros o de tiempo libre que de otra forma se podría dedicar al ocio. Naturalmente, los individuos tienen rectas presupuestarias sobre tiempo y dinero. También es necesario mencionar que los costos entrañan otros aspectos, tales como esperanza de costos de atención médica o funeraria derivada de accidentes no fatales y fatales y de daños en salud ocasionados por la mala práctica ciclista y de la posible mayor exposición a contaminación ambiental. En este punto es poco probable encontrar estimaciones sobre los riesgos de sufrir accidentes o de la exposición a contaminantes ambientales siendo peatón, ciclista, automovilista o usuario del transporte público en Cuernavaca. Aunque existieran dichas estimaciones, no son conocidas públicamente, así que las personas usan sus creencias o la información anecdótica con la que cuentan. Por ejemplo, si alguien vio un ciclista atropellado, seguramente tendrá la percepción de que usar ese medio de transporte es muy peligroso. 


El individuo entonces toma entonces la decisión t=0 con dos posibles resultados: b=1 si usa la bicicleta o b=0 en otro caso. Así, b=1 si: 


De esta forma, la decisión de usar la bicicleta implica una ponderación de aspectos positivos y negativos. Por un lado, de la utilidad que el transportarse en bicicleta brinda, derivada del placer de montar, de la ganancia en salud esperada y de la impaciencia por ésta, pero por el otro, de los costos asociados con su uso y de los riesgos percibidos por la persona. Estos riesgos pueden verse críticamente influidos por el contexto o por información cercana al individuo y en algunos casos pueden exceder la utilidad de usar la bicicleta, lo que puede explicar por qué la mayoría de las personas no prefiere usar la bicicleta. En una ciudad como Cuernavaca, la orografía impone costos elevados pues no todo el mundo está dispuesto a hacer un esfuerzo físico para subir las pendientes ni a correr los riesgos inherentes de transitar por calles estrechas y llenas de baches, al lado de automovilistas que se piensan los dueños. Para que más gente use la bicicleta, sería necesario una inversión mayor para generar más y mejor infraestructura urbana que reduzca los riesgos, una campaña masiva de información en la que se explique a los automovilistas lo que se supone deben saber: que los peatones y los ciclistas tienen la preferencia y que no son un estorbo. Desgraciadamente, esto no es suficiente, pues a pesar de intervenciones de ese tipo, los costos pueden exceder la utilidad del uso de la bicicleta. Al mismo tiempo, es necesario un análisis más profundo sobre el trade-off entre utilidad y costos de usar la bicicleta, pues se corre el riesgo de que una política con buenas intenciones que promueva el uso de la bicicleta en una ciudad como Cuernavaca lleve a una reducción de bienestar por morbilidad, mortalidad prematura y menor eficiencia en el uso de los recursos. 



lunes, 17 de marzo de 2014

¿Parquímetros?

Recientemente ha surgido la ya común polémica entre vecinos cuando se propone instalar parquímetros en las calles. Esto ya ha sucedido en zonas de la ciudad como las colonias Roma o Condesa y el centro de Coyoacán. La queja común es que es una especie de privatización de la calle. Sin embargo, propongo analizar la situación con una perspectiva económica. 

¿Por qué se instalan parquímetros en ciertas zonas de la ciudad y en otras no? Fundamentalmente, se debe a un problema de escasez definida en este caso como una demanda por espacios para estacionarse que excede a la oferta. En otras palabras, en general, hay más personas que quieren estacionarse que lugares disponibles. De esta forma, casi siempre hay personas que se quedan sin lugar. Este mismo fenómeno de la escasez explica por qué hay personas que se encargan de "cuidar" los coches en ciertas zonas de la ciudad y en otras no. Lo que en realidad sucede es que los cuidadores de coches toman ventaja de un espacio público y lo explotan comercialmente. Lo mismo sucede con los vecinos que piensan que la calle que está frente a su casa es de ellos, cuando en realidad es un espacio público. La escasez explica también por qué los cuidadores se pueden dar el lujo de cobrar cuotas de $20 o $30 cuando en otros lugares la propina es totalmente voluntaria, en caso necesario. La decisión de instalar parquímetros impone entonces un costo al estacionamiento de tal forma que la demanda por el lugar se reduce y se equilibra con la oferta y además se obtienen ingresos fiscales para el gobierno (el supuesto buen uso de los recursos es otro tema).  Al imponer un costo legal al uso del espacio público, se da preferencia a las personas que valoran más el espacio y que por lo tanto tienen un precio de reserva mayor por el servicio. Tal vez este sea el punto clave para determinar la relación entre los parquímetros y la "justicia". Existen personas que trabajan en estas zonas y para quienes esto incrementa los costos de trabajar. ¿Es justo entonces? Como en cualquier política, siempre hay ganadores y perdedores. ¿Quién gana con los parquímetros? Por una parte, las finanzas públicas, al recuperar un espacio público y su explotación comercial. También ganan las empresas encargadas de operar el servicio. También se fortalece el estado de derecho, fundamental para el desarrollo de los países. ¿Quién pierde? Pierden los cuidadores que se han apropiado de la calle. Pierden también los vecinos que en la práctica privatizan el espacio público. Por otro lado, pierden los trabajadores de las zonas que se enfrentan a costos mayores y por lo tanto menores ganancias.  Un análisis similar sobre los ganadores y perdedores se puede hacer para la situación sin parquímetros. ¿Qué situación se prefiere entonces? Yo prefiero la situación con parquímetros, siempre y cuando se haga buen uso de los recursos obtenidos. 


miércoles, 30 de enero de 2013

Costos por ausentismo laboral atribuibles al consumo de tabaco en el IMSS y en México, 2006- 2009

Si quieres enterarte un poco más de algunos de los costos que también ocasiona el tabaquismo, te invito a leer esta nota que apareció hoy en el periódico. También puedes leer el artículo original haciendo click aquí.

martes, 23 de octubre de 2012

Cromosomas salvajes

Hace tiempo un buen amigo mío (y espero que si lee este texto se apiade de mí y me recuerde la referencia) me comentó sobre las ideas -que en primera instancia pueden parecer muy obvias- de algún pensador en el sentido de que los seres vivos, obviamente humanos incluidos, hacemos prácticamente todo con el fin último de la reproducción. Respecto a nosotros, eso pareciera ser cierto cuando pensamos en que mujeres y hombres en general hacen todo lo posible para ser mejores opciones para sus contrapartes (estudiar, peinarse, maquillarse, perfumarse, arreglarse, trabajar). Tal vez en la mayor parte de los casos este comportamiento es inconsciente, pero efectivo. Pensemos por ejemplo en lo que sucedería si tuviéramos dos partidos "excelentes", de cualquier sexo, inundados de virtudes. ¿Qué pasaría si uno de ellos fuera estéril? Estoy seguro de que para la mayor parte de las personas esa característica sería determinante para decantarse por la opción complementaria. 

Esta idea me hizo recordar una canción de una banda que me encanta (Aviador DRO), llamada cromosomas salvajes, que dice: ".... y ya no puedo controlar mis cromosomas salvajes, y ya no puedo dominar mi DNA". Una interpretación parcial de la frase que da título a esta entrada es que somos víctimas y esclavos de nuestros cromosomas salvajes que dominan y determinan nuestras acciones, en el corto, mediano y largo plazos. En este punto cabe aclarar que no me refiero necesariamente a la consumación de la reproducción, sino a la búsqueda y necesidad de una pareja. Un ejemplo ilustrativo de esta esclavitud toma forma cuando pensamos en las cosas que hemos hecho o dejado de hacer por estar con la persona que nos gusta, inclusive cuando tiempo después nos pareció evidente que no se trataba de la elección más racional. ¿Quién no ha dejado de ir a clases, faltado al trabajo, o dejado de hacer cosas "verdaderamente" importantes con tal de complacer a esos personajes determinados a cumplir su misión? El costo de oportunidad puede haber sido muy grande... ¿por qué entonces ese comportamiento miope? Los cromosomas salvajes explican perfectamente la situación. 

Una vez que se ha identificado la esclavitud hacia los cromosomas salvajes, podemos analizar el saldo de la misma. Para quien está enamorado y es correspondido, la esclavitud pareciera más bien un seguro de desempleo, pero para quien sufre una ruptura o la indiferencia de la persona amada, se convierte ciertamente en una pesadilla que afecta la calidad de vida hasta lo más profundo. Por otro lado, quien no se siente afectado en el muy corto plazo por los cromosomas salvajes (en realidad nadie se salva de la esclavitud en el mediano o largo plazo, ya sea por su efecto por acción u omisión) puede sentirse muy tranquilo e invulnerable. ¿Qué hacer entonces? ¿Aceptar de forma sumisa esa esclavitud o enfrentarla? La decisión que se toma al respecto está vinculada claramente a la aversión al riesgo de cada persona y al mismo tiempo, los resultados se ven influenciados por la misma. En caso de que alguien quisiera romper esa esclavitud para tener una vida más llana, ¿qué debería hacer? ¿verdaderamente podría liberarse de ella? 

Esta perspectiva puede parecer como lo más anti romántico del mundo, pero en realidad creo que son dos cosas independientes. Considero importante darnos cuenta de la esclavitud de la que somos víctima y actuar de forma óptima para tener una esperanza positiva del juego que estamos obligados a jugar. 




lunes, 20 de febrero de 2012

Los diez mandamientos en el siglo XXI

Fernando Savater es un filósofo bien conocido por muchas personas. En mi ignorancia, yo sólo sabía que había escrito ese libro que nunca he leído llamado "Ética para Amador" y alguna vez escuché alguna entrevista. Llegó prestado a mis manos un libro de su autoría, titulado igual que esta entrada. En él, Savater hace un análisis de los diez mandamientos convencionales de la religión judeocristiana, con cierto sazón tirándole a lo ácido. No es un libro católico ni cristiano, como se podría pensar al leer el título. En cambio, me parece interesante y oportuna la contextualización histórica que el autor desarrolla para cada mandamiento, situando al mismo en un entorno económico y político muy peculiar y cómo en nuestra realidad ciertos mandamientos pueden sonar desatinados, ridículos o francamente ofensivos, como por ejemplo el noveno que dicta "No desearás a la mujer del prójimo", como si las mujeres fueran un objeto y dando una perspectiva exclusivamente masculina. En este sentido, considero muy recomendable la lectura del libro. 

Sin embargo, hay algunas secciones en las que el autor evidencia un poco de ignorancia sobre temas de economía por ejemplo. En no pocas líneas mi pensamiento esgrimía "Creo que este tipo no sabe nada de teoría económica... y no es necesario que sepa, pero debería asesorarse con alguien para no dar la impresión de estar inventando el hilo negro con tantas limitaciones".  Al respecto, al ser la economía una disciplina que estudia la conducta de las personas, muchas veces he pensado que quien la estudia debería ser mejor persona, lo cual en realidad aplica a cualquier conocimiento científico. 

En conclusión, recomiendo el texto para conceptualizar mejor estas reglas que muchos aprendimos de memoria en la niñez sin ningún razonamiento de por medio, sino la simple obligación de repetir como máquina inerte las palabras "divinas" para poder cumplir con esa obligación social que era la primera comunión... 

lunes, 12 de diciembre de 2011

Intercambio de regalos

Escribo esta entrada con el mismo entusiasmo con el cual a veces participo en el fenómeno que comentaré a continuación, pero sentí la necesidad de hacerlo.  En esta temporada navideña es muy común la práctica del intercambio de regalos en la escuela, el trabajo o en la familia, pero analicémoslo al menos superficialmente. Comencemos por definir cuál es el objetivo.  a) ¿Convivir?, b) ¿Establecer lazos entrañables que duren por siempre? 

a) Creo que para convivir no es necesario intercambiar regalos. Propongo la organización de juegos de fútbol, ajedrez, muñecas, pictionary, cartas, concurso de chistes, improvisaciones teatrales, lectura de libros, discusión de artículos o simplemente comer juntos, como lo sugiere mi buen amigo Tex. Creo que en estas actividades se establecen vínculos más amenos. 

b) Los lazos entrañables, al menos en mi experiencia personal, se establecen con personas con las que comparto formas de ver el mundo, de divertirme, la vibra, valores personales, viajes, o juegos. Creo que el tejido social es algo que siempre, pero particularmente en este momento histórico que vivimos, se debe estimular y propongo lo expuesto en el inciso a), y agregaría actividades artísticas de cualquier índole. 

Después de discutir muy someramente los objetivos que se me ocurren en este instante (¿alguien quiere aportar algunos más? bienvenid@s!), me gustaría comentar el aspecto económico. No voy a explicar a detalle la teoría del consumidor, puesto que no es tema de este blog y tampoco me encuentro en capacidad de hacerlo y también advierto que se simplificará el análisis ad hoc. Cuando uno tiene un presupuesto "m", se enfrenta a la situación en la que uno debe decidir qué combinación de bienes -o canasta de éstos- debe consumir para maximizar su utilidad. Vamos a suponer que tenemos dos bienes: x1 y x2, que significan "la cantidad del bien 1" y "la cantidad del bien 2". Los precios son, respectivamente, p1 y p2. Entonces, como tenemos presupuesto "m", en ausencia de crédito, nos enfrentamos a la siguiente restricción: 

x1p1 + x2p2 <= m

Esto significa simplemente que entre las cantidades consumidas de los dos bienes, o las dos canastas, podemos consumir cuando mucho el presupuesto "m" que tenemos. 

Evidentemente, los individuos tienden a comprar tal cantidad de los bienes x1 y x2 que maximice su "utilidad", de acuerdo con el nivel de ingreso, la cantidad previa de estos bienes que se posea o los gustos y preferencias personales -y en este punto se puede ahondar mucho en términos psicológicos y sociales-. 

Ahora, ¿qué sucede cuando participamos en intercambio de regalos?  En primer lugar, se entiende que la preferencia por ahorrar desaparece por un instante. Seguimos teniendo un presupuesto "m" para gastar en algún objeto que será para alguien más y a cambio, obtendremos un bien escogido por otra persona. Es plausible el supuesto de que "nadie nos conoce mejor que nosotros mismos", de modo que la probabilidad de que no sea totalmente de nuestro agrado excede por mucho la probabilidad de que nos encante. Puesto de otra forma, la esperanza de jugar al intercambio de regalos es perder, y no sólamente para el que escribe en primera persona, sino para todos los participantes del juego, es decir que se trata de un juego de perder-perder. ¿Quién gana? Los comerciantes... 

Sé que esta postura será vista por una buena parte de quien la lea como totalmente "grinch", pero simplemente es un esfuerzo de analizar el fenómeno del intercambio de regalos en su dimensión: la económica. Consecuentemente, para esta época navideña de fiestas y "mucho amor", sugiero convivencias naturales, auténticas, fundadas en los valores humanos de la amistad, la lealtad y la diversión pura.  

martes, 31 de mayo de 2011

Personalidad (??) III

Siguiendo con la misma tónica de contar la experiencia de un contacto cercano con alguna personalidad, esta es la tercera entrada con el mismo título, sin embargo los que saben leer las partidas de ajedrez (en realidad es muy gráfico, no?)  comprenderán el significado de los signos entre paréntesis. Hoy tuve la oportunidad de asistir a un evento con motivo del Día Mundial sin Tabaco. A él asistieron diversas personalidades, como Philippe Lamy, responsable de la OPS-OMS para México, el Secretario de Salud y el Presidente de México. El discurso de los oradores, ya muy conocido para mí que laboro en el medio del control del tabaco, pero con algunos mensajes que es bueno reiterar: el tabaco es el único producto que mata al consumidor si se siguen las instrucciones del fabricante... Además, diariamente mueren alrededor de 165 mexicanos a causa del consumo del tabaco. Esto constituye la mayor causa de muerte PREVENIBLE en el mundo.



Se habló sobre la importancia de las políticas de control del tabaco: aumentar los impuestos (se ha visto en una gran cantidad de países que es posiblemente la medida más efectiva para reducir el consumo, y además tiene el efecto benéfico de que desincentiva el consumo en adolescentes), los ambientes libres de humo de tabaco (protegiendo la salud de los no fumadores SIN discriminar a los fumadores, porque en este punto en particular las tabacaleras han hecho un magnífico trabajo desinformando a la población haciéndole creer que prohibir fumar en un bar o restaurante es un acto de discriminación, cuando en realidad lo que se REGULA es la conducta, no a la persona. Es exactamente lo mismo que cuando alguien necesita orinar. Nadie estaría de acuerdo en que un comensal orinara en la mesa propia cuando se está en un restaurante, ¿o sí? Sin embargo se regula que orine en el lugar adecuado, es decir el baño. De la misma forma, el fumador debe fumar en un lugar donde no afecte, o afecte lo menos posible a los no fumadores, o sea un lugar abierto, sin techos....  

También se tocó la estrategia del gobierno federal para controlar el consumo de tabaco, materia en la cual  en mi opinión no ha tenido la energía necesaria.

Al final de la sesión el presidente bajó del escenario y nos saludó a todos los que estábamos en primera fila, seguido de su esposa. Siempre es interesante tener contacto cercano con estos personajes, pero agradezco que no me haya deseado buena suerte (recuerden aquel crucero, el Morelia, la selección mexicana, el chicharito, el Checo Pérez.... y desgraciadamente, México!).

jueves, 19 de mayo de 2011

Tecnología

Seguramente ya hemos comentado en nuestros círculos de amigos algo como lo que escribiré a continuación muchas veces, pero creo que vale la pena reflexionar un momento. El concepto de tecnología es muy amplio, y esta ocasión me referiré exclusivamente a las computadoras personales y a los teléfonos celulares. Todavía hace no mucho, cuando yo iba en el CCH, el acceso a internet era un privilegio de unos cuantos, sin mencionar que la velocidad era pésima (aun en términos relativos). En esas mismas épocas, es decir finales de los noventa, los celulares eran enormes, estorbosos, con poca duración de batería y además muy caros así que pocas personas podían tener  uno. Correo electrónico.... ¿qué es eso?  Hoy platicaba con una querida amiga sobre cómo sería el mundo en una institución como esa donde trabajo sin correo electrónico. Es inimaginable para alguien de mi generación. ¿Todo el tiempo se hacían y recibían llamadas? ¿O tenían que enviarse miles de oficios que tenían eran sellados por una persona que se dedicaba exclusivamente a esa simple tarea? ¿Simplemente producían menos? Por otro lado, retrocedamos unos cuantos años más, digamos a los 80. La vida de un economista es inconcebible hoy sin la capacidad de cómputo para estimar los más simples y modestos modelos. Seguramente las técnicas se restringían a simples regresiones lineales llevadas a cabo en calculadoras científicas. Imaginen la verificación de supuestos: días, tal vez semanas... Puede ser que esté exagerando pero no me extrañaría si alguien me dice que se hacían pronósticos rayando una línea sobre una serie "a mano alzada". Hoy estamos al tanto de lo que nuestros amigos, personas admiradas e informantes están haciendo o pensando cada minuto en facebook o twitter. En cierto sentido estamos más cerca. Antes saber de un familiar que vive en otro país exigía una carta que tardaba semanas en llegar y ver las fotos de cómo las primas crecían se convertía en un tesoro de la historia familiar. Ahora, la utilidad marginal de las fotos, las actualizaciones e información de nuestras personas queridas ha disminuido tanto que casi no nos causa ninguna emoción ver las fiestas y pequeñas aventuras que se viven cotidianamente. ¿Somos mejores con este tipo de tecnología? En muchos aspectos no existe duda alguna. Las distancias se han reducido a cero, la capacidad de análisis y pronóstico de información se ha incrementado increíblemente, pero también hemos perdido libertad. Todo el tiempo estamos disponibles a través de nuestro celular. ¿Podríamos vivir adecuadamente en esta sociedad sin celular UNA semana o nos convertiríamos en una suerte de anacoretas urbanos? La necesidad de revisar continuamente el correo se ha convertido en un collar de obediencia. ¿Hay marcha atrás?

Por último les sugiero un pequeño divertimento a propósito de estas tecnologías. Si tienen cuenta en facebook, vean las sugerencias de amigos. Encontrarán una lista enorme de personas. Muchas serán conocidas y otras tantas, la gran mayoría, tendrán caras nunca vistas. Lo interesante es ver cómo esas personas tienen algunos amigos en común con ustedes, pero muchos comparten amigos que ustedes no sabían que eran amigos entre sí. Estoy seguro que encontrarán al menos 5 casos.

jueves, 10 de marzo de 2011

Facultad de Economía

Te invito a que leas esta nota periodística. Soy egresado de la Facultad de Economía de la UNAM. Quisiera expresar que no todos en la facultad somos tan intolerantes como para ni siquiera permitir que alguien, sea quien sea, independientemente del pasado que puede o no tener (no estoy haciendo juicio alguno sobre el pasado de F. Labastida). Creo que estas personas atentan contra el espíritu de la universidad, que debe incluir a TODOS los puntos de vista. Son tan intolerantes como la derecha más recalcitrante o la Iglesia más retrógrada. ¿Por qué sucede esto? Pueden estar en total desacuerdo con las ideas de Labastida, y mediante un debate de altura argumentar y documentar su postura. Pero, ¿qué logran con simplemente no dejar hablar a una persona? Nada positivo. Manchar el nombre de la UNAM, de la pluralidad, del debate de ideas... Qué lamentable. 

viernes, 4 de marzo de 2011

Pistola

He ido a Cuernavaca esta semana. El martes estaba comiendo en un café en Avenida Universidad. De repente, del otro lado de la calle, en una taquería, el sujeto que pueden ver de camisa verde claro en la siguiente imagen saca una pistola de tamaño respetable, la eleva a la altura de su cabeza con cierta lentitud y se la guarda entre pantalón y cinturón. ¿Por qué? No vi ninguna patrulla de judiciales ni de policía... Esta persona no estaba uniformada...  ¿Qué se les ocurre? ¿Será una exageración espantarse por eso? ¿Será que no debemos permitir que cualquier persona ande por la calle mostrando las armas nada más porque sí? ¿Será que estaba amedrentando a alguien por ahí? 



miércoles, 9 de febrero de 2011

Juventud, divino tesoro (pequeña ficción de un hombre anciano)

Esa frase tan común de "juventud, divino tesoro" hoy me golpeó despiadada y contundentemente, casi con tanta fuerza como las punzadas insoportables en los dedos mientras escribo este pequeño texto. Ojalá los efectos se desvanezcan como lo hacen las letras en el monitor frente a mis ojos que luchan por enfocar correctamente. Fui a Ciudad Universitaria a observar una presentación de jóvenes radiantes. Monólogos, ballet, flamenco, música pop, capoeira...

Particularmente me referiré a un bailable donde había  4 chicas, un chico y una dama. La música jovial derrochaba alegría sobre el escenario y entre el público, que aplaudía y movía las piernas rítmicamente.  Los 5 primeros se movían de un lado a otro con frescura, armonía y sincronización mientras que la dama, a pesar de mostrar gran entusiasmo y voluntad, no lograba acoplarse al resto del grupo y sus movimientos carecían de la estética necesaria. Parecía que hubiera perdido el brillo de mejores épocas (muy anteriores). Me identifiqué con ella. Soy un anciano querido y respetado por mi familia, creo que aporto valor a quienes me aprecian -afortunadamente son muchas personas- pero ya no es lo mismo. Me arrepiento de no haber salido al campo tantas veces como para llegar al hartazgo, de no haber explotado lo suficiente la potencia de mis piernas, que se sentían como pistones poderosos e incansables. Me arrepiento de no jugar tantos partidos de fútbol como para acabar esos zapatos. Me arrepiento de no haber aprovechado la brillantez y plasticidad mental que tenía cuando joven para aprender lo más posible. Ahora mismo cada tecla que debo presionar para plasmar este texto implica una pequeña hazaña. Muero de ganas de hacer esas cosas que desprecié tantas veces, dejando que el tiempo cobrara inexorablemente los dones que me tenía prestados... Cómo quisiera regresar en el tiempo, para disfrutar de mis amigos, mi familia, mi madre y padre y vivir cada segundo como si fuera el último, lleno de emociones puerilmente intensas. Ahora, si estos son los últimos momentos lo mismo me da, poco a poco las posibilidades se me cancelan. Cuando era niño y pasaba el fin de semana con mis padres, el amanecer era lo máximo, puesto que pronto habríamos de salir a divertirnos, sudar y jugar. El sol se ocultaba lenta pero seguramente, dejando vivir los últimos y tardíos espacios de felicidad. Ahora, a mi edad, me siento así, viendo cómo el sol enrojece y se oculta poco a poco, sin oportunidad a dialogar ni a pedir una segunda oportunidad.



martes, 4 de enero de 2011

Cinturón de seguridad

No han sido pocas las veces en que involuntariamente he tenido que adoptar una postura "dictatorial", "caciquil", "autoritaria" o "muy mala" (ciertos adjetivos que he recibido) cuando les pido a algunos amigos que van en los asientos traseros de mi coche que usen el cinturón de seguridad. Debería ser un acto reflejo del sentido común, pero creo que muchas veces despreciamos las increíbles fuerzas físicas que actúan sobre nuestros cuerpos cuando un coche está en movimiento. Según el manual de mi vehículo, "aun circulando a una velocidad comprendida entre 30 km/h y 50 km/h, las fuerzas que actúan sobre el cuerpo en caso de un accidente pueden superar con facilidad una tonelada (1000 kg). Las fuerzas que actúan sobe el cuerpo aumentan cuanto mayor sea la velocidad a la que circule". Y además: "La magnitud de la energía cinética depende fundamentalmente de la velocidad y el peso del vehículo y los ocupantes. Cuanto mayor sea la velocidad y el peso del vehículo tanto mayor será la energía que deberá ser absorbida en caso de accidente. No obstante, el factor más importante es la velocidad del vehículo. Por ejemplo, si la velocidad se duplica pasando de 25 km/h a 50 km/h, la energía cinética se cuadriplica". 

Para ilustrar la importancia de usar los cinturones de seguridad en todos los asientos de un vehículo, puedo citar un artículo (que puedes bajar haciendo click aquí), donde se menciona que "En México, las lesiones secundarias a accidentes de tránsito de vehículos de motor (ATVM) representan la principal causa de muerte de personas de 1 a 64 años de edad y han mantenido durante la última década el tercer sitio dentro de las 10 principales causas de muerte. Hasta 77% de ellas sucede en zonas urbanas y la población joven de 15 a 29 años, el género masculino y los peatones son los más afectados. En 2004 se registraron en México 13.6 muertes en accidentes de tránsito por  cada 100 000 habitantes, lo que representa 3% del total de  defunciones registradas ese año. A pesar de que existen  variaciones por región, constituyen la primera causa de  muerte en la población joven en edad productiva".

Si lo anterior no es suficiente para resucitar o darle vida al sentido común, un recurso gráfico normalmente tiene un efecto más contundente. No es necesario hablar inglés para entender el mensaje:




Citaré nuevamente al manual de mi coche al respecto: "También es imprescindible que los ocupantes de los asientos traseros se abrochen el cinturón ya que, en caso de accidente, se verán desplazados de un modo incontrolado por el habitáculo. Si un ocupante del asiento trasero no lleva el cinturón abrochado, NO SÓLO SE PONE EN PELIGRO A SÍ MISMO SINO TAMBIÉN A LOS OCUPANTES DE LOS ASIENTOS DELANTEROS". (Yo puse las letras altas en el mensaje clave)

Finalmente, existe un argumento legal para ello. El reglamento de tránsito del Distrito Federal menciona en la fracción VI del artículo quinto:

"Los conductores deben:
...
VI. Ajustarse el cinturón de seguridad y asegurarse de que los demás pasajeros también se lo ajusten. Cuando se trate de menores de 12 años o personas con discapacidad, deberán ser transportados utilizando los sistemas de retención pertinentes;"

Según tengo entendido, los que somos conductores tenemos una responsabilidad legal sobre la seguridad de todos los ocupantes del auto...

Así que exhorto a que el sentido común actúe después de tener esta información y tanto los pasajeros delanteros como los traseros usemos cinturón de seguridad, lo que nos dará mayores probabilidades de sobrevivir en un accidente de tránsito. 

jueves, 30 de diciembre de 2010

Paseo nocturno

Para quienes nos quedamos en nuestro querido Distrito Federal en estas vacaciones decembrinas, y para quien quiere vivir su ciudad, les comparto una alternativa de diversión. Anoche, como todos los miércoles del año, se dieron cita decenas de ciclistas en el ángel de la independencia a las 9:00 pm para dar un paseo por la ciudad. Esta vez (mi primera) tuvo como destino el café Jarocho de avenida Taxqueña (¿Tasqueña?) que está a poco más de 17 kilómetros del lugar de encuentro. Me entusiasmó mucho llegar a la glorieta y ver tantas bicicletas con sus lucecitas intermitentes. El numeroso contingente salió aproximadamente a las 9:40. Los bicitekas ya tienen mucha experiencia en este tipo de paseos: hay un ciclista guía, varios en la retaguardia y algunos satélites, que van y vienen en el pelotón cerrando momentáneamente las calles que cruza el grupo. Todos los ciclistas van avisando sobre obstáculos en el camino como baches, coladeras, topes, zanjas o coches atravesados. Definitivamente es una experiencia que debes vivir. Desgraciadamente no llevé una cámara para documentar mejor la vivencia, pero garantizo muchos momentos agradables.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Personalidad II

Esta es la segunda vez que escribiré sobre un encuentro con alguna personalidad (la primera fue sobre Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York). Hoy tuve la oportunidad de estar en una conferencia de Garry Kasparov en la sala Nezahualcóyotl de la UNAM. Para muchos, Kasparov es el mejor ajedrecista que ha existido y sin duda uno de los más carismáticos. Prueba de ello fue el tumulto que ocasionó hoy, cuando en parte a causa de la mala organización, decenas de entusiastas seguidores se amontonaban al borde del escenario empeñados en tener una foto de cerca, ignorando las indicaciones del personal de seguridad y del sonido la sala, que insistentemente informaba que la conferencia no podría dar inicio si no estaban en sus lugares. El fanatismo inundaba el ambiente, personas que casi aventaban libros de Kasparov al escenario, con la insulsa esperanza de que éste los recogiera del piso y los firmara. Una idolatría casi religiosa era evidente y desbordaba la mala planeación.

Finalmente entró a la sala Garry Kasparov, el brillante ajedrecista, el carismático, la figura endiosada por sus hazañas en el tablero, su activismo político y -seamos sinceros- una mercadotecnia casi tan genial como él.

La conferencia tenía como tema la relación del ajedrez con la vida. Algunos mensajes clave:



"A veces es más arriesgado no tomar riesgos"
Citando a Darwin, no es el más fuerte o el más inteligente el que sobrevive, "sino el que se adapta".
"Hay que aprender sobre las derrotas, pero sobre todo sobre las victorias".
"No hay que ser predecibles"

Al final, la sesión de preguntas y respuestas evidenció nuevamente la mala organización, con preguntas que venían de todas partes, que provocaron que el mismo Kasparov dijera "algo de orden nos ayudaría". La mala planeación permitió que un niño preguntara ¿Cuál es el mate del pastor? Su duda es válida, pero creo que no era el lugar ni el destinatario adecuados para externarla, sobre todo considerando los miles de dólares que Kasparov cobra por dar una conferencia. Es como estar en una conferencia de un premio Nobel de física y preguntar los primeros 4 dígitos de Pi.

Gracias a la UNAM por la promoción de ese maravilloso juego-ciencia, que tanto puede apasionar y enseñar a vivir.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Malentendidos

viernes, 29 de octubre de 2010

Tequisquiapan

Desgraciadamente estoy seguro que más de una persona podría encontrar esta entrada un poco amargosa pero como siempre, simplemente me gusta escribir mis impresiones personales. El fin de semana fui con mi novia a Tequisquiapan, Querétaro. Es un pueblo que está aproximadamente a 145 kilómetros (tal vez menos) de la caseta de cobro en la autopista México-Querétaro. El camino puede ser muy rápido después de salir de esa zona de Naucalpan, Tlalnepantla y Cuautitlán que padece de un tránsito espantoso y enloquecedor, ya que el pavimento está en muy buen estado (curiosamente esto es más notorio en la dirección DF-Tequisquiapan que en la dirección opuesta). Sin embargo, no se confíen, porque esta autopista es de las más peligrosas de México, tal vez por algunas ráfagas de viento y/o además por el tránsito frecuente de vehículos de carga. La ruta es sencilla: se toma la autopista México-Querétaro, y justo al pasar por San Juan del Río hay una desviación a la derecha, que lleva a esta última ciudad para después seguir rumbo a Tequisquiapan (o TX, como se le denomina en los restaurantes y hoteles). Lo primero que se encontrará es un tiempo cálido y agradable, aunque en la noche sí refresca un poco, y un grupo de personas en bicicleta a la entrada del pueblo que llevan folletos y un discurso: "Busca hotel? Yo lo llevo!" No importa si demuestras o no interés, ellos te acosarán un par de cuadras, y si les haces notar que tal vez estés interesado en un hotel, casi seguro te siguen una tercera. Ya en el pueblo, encontrarán calles como estas:




Este fin de semana había una feria de artesanías de distintos lugares del país, y en la noche se presentaron músicos y danzantes del Caribe y unos que aparentemente provenían de algún país de Europa del Este. Algo que caracteriza este lugar es que venden quesos y vinos, y de hecho hay una feria a estos dos productos en otra época del año. Sin embargo, viene la parte amarga e incómoda. El hospedaje y la comida me parecieron muy caros, más que en algunas otras ciudades mucho más reconocidas, incluso del extranjero. Además, creo que de los pueblos mágicos a los que he ido (Taxco, Tepoztlán, Tepotzotlán, Mineral el Chico, Real del Monte...) este es el menos "mágico". He estado en algunos otros pueblos que encuentro más encantadores pero que nadie conoce, como por ejemplo Cocula, en Jalisco. La cuestión es que cuando uno tiene el odioso -pero saludable- sesgo de intentar maximizar la utilidad con una restricción presupuestaria razonable, te das cuenta de que Tequisquiapan no es la mejor opción. Al final de cuentas es cuestión de economía: los hoteleros fijan un precio que decides pagar o no. No te obligan a hacerlo. Así que mi recomendación es que si alguien quiere visitar un pueblo de este tipo, y no ha conocido los otros pueblos mágicos, no tome a Tequisquiapan como su primera elección. La otra lección es que lo más importante es que con la compañía indicada, uno puede hacer que cualquier lugar se vuelva mágico!!


domingo, 3 de octubre de 2010

San Francisco

Comenzaré esta entrada variando un poco el "ya llevaba mucho tiempo sin escribir en este blog..." escribiendo que simplemente no había tenido cosas interesantes que compartir con ustedes, queridos lectores que se toman la molestia de revisar de vez en cuando esta página y que no está dedicada a San Francisco de Asis, que algunos embotellamientos ocasionará en esta zona de Magdalena Contreras . No quería caer en un lugar común. Por cierto, creo que no me agradan los lugares comunes, me hacen esbozar una sonrisa que no quiere salir... jeje. Había pensado en una lista de ellos, pero creo que la guardaré para la siguiente entrada porque no los recuerdo en este momento y agradecería que ustedes también ayudaran a hacer más grande la lista de los mismos. 

Retomando el título de este texto, quiero comentar algunas cosas sobre San Francisco, sin pretender hacer ningún análisis social ni de ningún tipo,  sino simplemente compartir  impresiones personales,  y nada más. Es la quinta vez que entro a Estados Unidos y a decir verdad es la primera en la que no tuve tiempo de pensar mucho con anticipación. Viajé con un par de queridos y muy cercanos amigos, en la aerolínea Volaris, a un excelente precio. Lo malo es que no ofrecen comida, pero  por el precio no se puede pedir más, creo. Como mi amiga repitió, las azafatas anunciaron "Gracias a nuestros patrocinadores le ofrecemos productos de alta calidad, ¿quiere Totis?"

Llegamos a Oakland, que está al otro lado de la bahía de San Francisco, y por 15 dólares un taxista nos llevó al hotel que teníamos reservado. Todo justo como era esperado, algo modesto pero decente, finalmente era sólamente para pasar la noche. Al día siguiente tomamos el BART (Bay Area Rapid Transit), que es un sistema de trenes que van de un lado a otro en la bahía y por 3.80 dólares nos llevó a una estación en el centro de San Francisco, cruzando la bahía bajo el mar. A pesar de que es la segunda vez que visito esa ciudad, no dejó de impresionarme por su belleza, limpieza y orden, características frecuentes en muchas ciudades en Estados Unidos. Comparto aquí algunas fotos de la zona centro. 




Además, Estados Unidos es un paraíso del consumo de mercancías en general, con los precios relativamente bajos, bajos impuestos al consumo y una amplísima variedad de mercancías y calidades.

Por otra parte, creo que en México tenemos varias cosas que aprender de las personas de Estados Unidos y de los países desarrollados. Entre ellas, quiero mencionar nuevamente la educación vial. Allá el peatón es mucho más respetado que aquí. En los cruces los conductores se detienen y observan si vienen coches del otro lado o personas que quieren cruzar. Si hay peatones, se detienen, a una distancia prudente (pueden ser 10 metros o más). También si cruzas la calle sucede lo mismo y los conductores no pieden más de 10 segundos. Esta eficiencia es resultado de la educación y de la planeación urbana que existe. Las cosas están diseñadas y construidas para funcionar. Ya quiero verme cruzando así una calle frente a un taxista frenético a quien no le importa nada más que levantar pasaje urgentemente, aunque eso implique rebasar por la derecha, mojar a alguien y casi atropellar a una señora. Seguramente frases como "has de ser de hule" no dejarían de gritarse. En la siguiente foto muestro un ejemplo:



San Francisco me ha parecido interesante respecto a la variedad de personas que hay. Además, el viernes y sábado hubo un tiempo espectacular y las familias y amigos se reunían a disfrutar del sol, jugando, comiendo, platicando... 








Además, algo que apuntó mi amiga y también me llamó la atención es que aparentemente las personas eran muy amigables. Era común ver que las personas se acercaran a otros grupos haciendo la plática sobre los mascotas, el tiempo o cualquier cosa, y se quedaran platicando un rato. La misma cordialidad se sentía en las tiendas, restaurantes y demás lugares, donde muy probablemente por política de la empresa los empleados deben sonreir y atender bien a los clientes, pero se agradece. Creo que la sociedad estadounidense es demasiado compleja como para comprenderla, pero sí me llama la atención eso. 

Por el momento sólo quiero comentar una situación desagradable, y al final de esta entrada pondré más fotos. Si recuerdo más cosas editaré este texto después para incluirlas. Sucede que el regreso era  vía Oakland-Guadalajara-Toluca, saliendo cerca de la 1 am de Oakland, hora local. No recuerdo exactamente la hora de llegada a Guadalajara, pero creo que el avión hacia Toluca salía un poco más de una hora más tarde. Después de pasar por una desastrosa organización en ese aeropuerto, había que documentar nuevamente el equipaje para el último avión. Había una fila para pasajeros en conexión, así que éramos como 15 personas, y tal vez después llegaron más. Lo interesante fue la incógnita sobre el pensamiento de una mujer que así nada más, sin palabras como medicación, se metió a la fila. Le hice notar, por si existía la posibilidad de que no se hubiera dado cuenta, que estábamos varias personas en la fila y que tenía que formarse para documentar su equipaje. Su respuesta fue: "Es que vengo de Los Ángeles, mi avión sale en un ratito". Le contesté: "El nuestro también sale pronto" y ella contestó "Mi avión ya sale en un ratito, ¿qué quiere que haga?" ¿Ante esa respuesta qué puedes hacer? Finalmente la señora viajaba en el mismo avión que nosotros....






No recuerdo el nombre, pero está relacionado con las bellas artes






 Un león marino muerto y flotando en la costa...


Vista del Golden Gate Bridge



Esta es la famosa Lombard Street, con su pendiente zigzagueante


Cable car. Nos costó 5 dólares un trayecto de diez minutos cuando mucho



Un atardecer sobre la bahía,


La famosa Alcatraz, "la roca"


Una vista de San Francisco desde Alcatraz


Un Zepelin visto desde Alcatraz


Submarino "Pampanito", que combatión en la Segunda Guerra Mundial


El Civic Center


La bahía, desde el puente Golden Gate



Uno de los pilares del Golden Gate, altísimo!














miércoles, 14 de julio de 2010

Parque Nacional El Chico, Hidalgo

Este fin de semana, contra todos los malos pronósticos de tiempo, fuimos al Parque Nacional El Chico, en Hidalgo. Está más cerca de lo que pensaba. Sólamente hace falta avanzar aproximadamente media hora desde Pachuca y se entra en un ambiente totalmente distinto: bosque muy verde y denso, que contrasta con el medio un poco desértico que rodea a la capital de Hidalgo. Hay que seguir los señalamientos  y se entra en el parque nacional. Puede visitarse una pequeña laguna que está unos cuantos minutos y muchas curvas después de la entrada, numerosos campamentos, o para quien quiere hacer una caminata, puede llegar al Centro de Visitantes, donde hay baños, estacionamiento y unos guardabosques que informan sobre lo que puede hacerse, explicando un enorme mapa pintado en un muro de la cabaña del Centro. Le contamos a uno de ellos qué queríamos hacer y nos ayudó a trazar una ruta para aproximadamente 5-6 horas, teniendo como primera meta la Peña La Muela, que les muestro en las siguientes fotos. 


La segunda meta fue imposible de alcanzar ya que el mapa de veredas que nos había mostrado nuestro amigo guardabosques poco tenía que ver con la realidad, no encontramos ese camino que nos llevaría a otra peña y finalmente al mirador del cuervo. Así que nos orientamos por un mapa que conseguimos en el sitio oficial del parque  y por unas brújulas, pero simplemente no encontramos el camino correcto a la meta, así que terminamos de nuevo en la carretera que lleva al pueblo Mineral del Chico, después de unas cuantas horas de caminata. Tomamos una van pública que va de Pachuca a ese pueblo y nos bajamos en la entrada para después caminar hacia el mirador del cuervo. "20 minutos", "1 hora" caminando, fueron las dos versiones que nos dieron. Ninguna resultó cierta después de caminar 45 minutos de subida y de que una familia nos ofreciera un aventón en la caja de una pick-up que duró como 20 minutos a buena velocidad (tal vez porque el conductor estaba emocionado con su cerveza). Pasamos un pueblito cuyo nombre no recuerdo para adentrarnos de nuevo en el bosque, que me recordaba muchísimo a mi querido bosque de los dinamos. Como ya teníamos el tiempo encima, (eran aproximadamente las 4:30 y posiblemente había que caminar un buen tramo para regresar), decidimos simplemente subir a una peña que estaba muy cercana y bajar rápidamente, para no arriesgarnos a la lluvia o a la oscuridad. 



El regreso fue más fácil de lo planeado, puesto que en ese último pueblito tomamos una van que nos llevó hasta el centro de visitantes por el camino que por cierto puede fácilmente provocar mareos.  Como ya todos teníamos hambre, fuimos a Real del Monte, que está cerca, a no más de 30 minutos. La neblina, la lluvia y el frío fueron característicos en ese lugar, pero no impidieron que compráramos los obligados pastes y que yo comiera unos escamoles (hueva de hormiga). 


Fue un paseo satisfactorio, divertido y enriquecedor. Además está muy cerca del DF! 

martes, 29 de junio de 2010

Intolerancia

Escribiré esta breve entrada sin hacer esfuerzo alguno por argumentar sólidamente, casi de forma académica de lo que diré a continuación, aunque creo que sí es posible hacerlo sin invertir un tiempo excesivo.  Así que por favor tómese sólamente como una postura personal, un poco polémica y pido disculpas de antemano si alguien se siente ofendido, en cuyo caso exhorto a una reflexión sobre la razón para sentirse así. Hace poco tiempo tiempo una persona muy querida me dijo que no puede estar cerca de mí porque "no compartimos el mismo deseo espiritual" (actividades  y posturas religiosas). Quien me conoce de cerca sabrá que pienso en general que las religiones y las prácticas religiosas empobrecen a las personas y a los pueblos. Para mí, no hay lugar a dudas respecto a que un mundo ideal y utópico prescindiría de religiones y reeemplazaría las iglesias por bibliotecas y escuelas que además de los aspectos científicos, técnicos, artísticos y sociales,  inculquen principios éticos acordes a los tiempos corrientes. Sin embargo, soy tolerante, respetuoso y comprensivo con las creencias religiosas de las personas -sugiero la lectura de "La Puta de Babilonia" de Fernando Vallejo-. Lo que sucedió con esta persona me confirma una vez más que las religiones, además de ser un instrumento político y económico maravilloso (¿Qué otra empresa logra que los mismos clientes compren ellos mismos el activo fijo para venderles servicios? ¿Qué otra institución además de las autoridades deportivas como la NBA, la FIFA, etcétera logran aniquilar la capacidad crítica de los miembros?) han sido históricamente causas de muerte, odio, división entre las personas y los países y al respecto invito a revisar cualquier libro de historia universal o mexicana. Es cierto que las relaciones  amistosas, amorosas o de cualquier género se decantan de forma que uno acaba con personas afines a uno, pero cuando explícitamente se dice "no puedo estar cerca de ti porque diferimos en nuestros deseos espirituales" se puede hablar de discriminación, tal cual. Me siento discriminado de cierta manera... Para terminar, creo también que un mundo en camino hacia el ideal el hablar de colores de piel, religiones, preferencias sexuales ya ni siquiera sería tema. Sería como cuando alguien compra una paleta de limón o de grosella... ¿A quién le importa? ¿Por qué concentrarse en eso y no en la ética cotidiana?

miércoles, 23 de junio de 2010

Voluntad de pagar

Esta entrada está pensada como un consejo a quienes siguen el mundial de futbol, pero además se apasionan por la selección mexicana y son adversos al riesgo. En diversos temas de salud como la salud ambiental o la economía de la salud hay un término bastante utilizado: willingness to pay  (voluntad de pagar). Sucede que una visión muy simplista y que omite las complejidades contables de calcular los costos ocasionados por alguna enfermedad, divide a éstos en tres tipos básicos: los costos directos, que son aquellos derivados de la atención médica, como los honorarios de los médicos y enfermeras, los medicamentos, el uso de hospitales e infraestructura, estudios clínicos, etcétera. Luego están los costos indirectos, tales como los gastos de transporte a la atención médica, la pérdida de productividad originada por incapacidad y discapacidad y también los costos intangibles, tales como el dolor, el sufrimiento y daño psicológico. La estimación de estos últimos se dificulta más. Es ahí donde se introduce el concepto de willingness to pay, que  es básicamente lo que una persona estaría dispuesta a pagar por no sufrir una enfermedad. Aterricemos lo anterior al mundial de fútbol. La selección mexicana de fútbol enfrentará a la argentina el próximo domingo. Siendo sinceros, Argentina tiene un equipo muy superior al mexicano línea por línea y los resultados de los últimos tres partidos lo avalan.  Adicionalmente, percibo que hay una derrota psicológica a priori después de que Argentina ha vencido a México en múltiples ocasiones, siendo tal vez la más dolorosa en el mundial de Alemania 2006.  Sin embargo, siempre existe la posibilidad de que el equipo aparentemente débil venza al fuerte y muchas veces soberbio. Así que tenemos dos escenarios posibles: México pasa a la siguiente fase o pierde y regresa como siempre lo ha hecho. En el primero es evidente que el júbilo se apoderaría de una buena parte de la sociedad mexicana (al respecto estoy seguro de que la mayor parte de la gente pone más atención a lo que hace Javier Aguirre y sus jugadores que a lo que hace Felipe Calderón y sus secretarios de estado y mucho más que a lo que hacen nuestros legisladores!!!) y muchas personas serían felices, al menos por unos días, porque su selección de fúbol  ha pasado a una fase superior y sobre todo venció a la poderosa selección argentina. Podríamos discutir si esto es algo loable o deplorable, pero exigiría una discusión que está fuera de los objetivos de esta entrada. En el segundo escenario, mucha gente se sentiría triste, decepcionada, vuelta a la realidad, con esa visión derrotada que tenemos de nosotros como país, muchas veces justificada y otras no tanto. Una buena parte de estas personas sufrirían al menos por un rato. ¿Cuál sería la cantidad que las personas estarían dispuestas a pagar por ver ganar a su selección en este partido? ¿100 pesos? ¿1000? Esto depende de qué tan interesadas estén en el asunto y de su ingreso, fundamentalmente. Es evidente que no podríamos hacer llegar la suma de lo que todos quieran pagar para ver ganar a su selección a los jugadores mexicanos o argentinos para lograr el resultado deseado. Entonces aquí viene mi consejo. Si tú estás apasionado por la selección mexicana de futbol y eres adverso al riesgo, apuesta la cantidad que estarías dipuesto a pagar para que México gane a que Argentina ganará. De esta forma si sucede el primer escenario se concretaría el pago que estabas dispuesto a hacer para que México ganara y si tenemos el segundo, el ganar esa cantidad de dinero compensaría el dolor psicológico sufrido después de la derrota mexicana.  ¡Estoy seguro que podrías encontrar algunas personas dispuestas a apostar a favor de México! Yo ya lo hice.