El sábado pasado fui a ver la película "Luna nueva". Alguien me había preguntado hace unas semanas si me gustaba ir al cine y contesté que no. Ante su incredulidad le dije que lo que gozaba más bien era la compañía y la convivencia con las personas con las que voy y es verdad. Además de eso, no disfruto yendo a las salas. Me gusta el cine como arte, como expresión, como reflejo de algunas realidades, como espacio donde algunas fantasías pueden ser reales por algunos minutos, pero muchas veces sufro estando en esos lugares así que prefiero ver películas en mi casa. Lo que más me molesta es ser pateado en el asiento. Tres veces conté este sábado y lo peor es que siempre es lo mismo. ¿Es tan difícil tener cuidado con los pies? Por esa razón cuando la elección de los asientos está a mi cargo, escojo la última fila para no contar con esos saludos tan molestos. Alguien podría acusarme de que soy un amargado por no querer ser pateado, pero simplemente me molesta muchísimo! ¿A alguien le gusta? Como dice una querida amiga, "es el precio por convivir". Así que iré al cine por convivir con gente querida, nada más! Y respecto a la película... casi caigo en la indignación con el final...
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